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¿Cómo Construir y Mantener una Cultura Altamente Emprendedora?

cultura rodrigo del campo Jul 15, 2020

Rodrigo Del Campo

Una expectativa fundamental que las organizaciones tienen de sus líderes es que provean claridad con respecto al futuro y, más específicamente, con respecto a lo que se espera de cada uno de sus colaboradores, así como lo que ellos pueden esperar de la organización.

Para cumplir con ese "contrato psicológico", es crucial que los líderes puedan concebir y transmitir una visión de futuro que genere entusiasmo en los colaboradores y los movilice a la acción, realizando su mejor esfuerzo, en línea con los objetivos organizacionales.

Pero, ¿cómo podemos proveer claridad acerca del futuro si nosotros mismos no tenemos esa claridad? ¿cómo liderar en un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo (VUCA, por sus siglas en inglés)?

Al contrario de lo que se cree comúnmente, el rol de los líderes en las organizaciones no es producir los resultados.

Los resultados, en realidad, son una consecuencia directa de lo que hace o deja de hacer cada una de las personas que componen la organización.

El rol de los líderes, por lo tanto, es construir y mantener una organización que genera, consistentemente, los resultados necesarios para satisfacer y tener una relación sostenible con todos sus stakeholders o grupos de interés (clientes, colaboradores, accionistas, comunidades, reguladores, etc.), a lo largo del tiempo y mejor que sus competidores.

Lo que "produce" un equipo gerencial o directivo es la organización. Un "producto" que, en cualquier momento dado, es capaz de hacer ciertas cosas, obtener determinados resultados y no es capaz de hacer otras.

Para lograr esto, los líderes de la organización deben ser capaces de conectar el propósito de la organización y lo que desean lograr a largo plazo con las acciones que toma cada uno de los colaboradores cada día, de forma alineada y coordinada.

En nuestra experiencia, para generar esa alineación, los líderes organizacionales deben responder satisfactoriamente (y revisar periódicamente) a preguntas en 8 ámbitos fundamentales y secuenciales:

1. ¿Cuáles son nuestros valores medulares? ¿Qué son aquellas cosas que no estamos dispuestos a transar? ¿Cómo los vamos a usar para atraer, seleccionar, evaluar, retener y desarrollar a nuestros colaboradores?

2. ¿Cuál es nuestro propósito último y nuestra especialización? ¿Qué queremos lograr y en qué nicho del mercado?

3. ¿Cuál es nuestra meta a largo plazo? ¿Dónde queremos estar en 5, 10, 20 ó 30 años?

4. ¿Cuál es nuestra estrategia de marketing o mercadeo? ¿Quiénes son nuestros clientes potenciales? ¿Dónde están? ¿Qué características tienen? ¿Cómo toman sus decisiones? ¿Cuál es nuestra oferta de valor diferenciadora para esos clientes? ¿Cuál es nuestro proceso distintivo para generar ese valor? ¿Qué garantía podemos ofrecer a nuestros clientes, que facilite su decisión de compra?

5. Si ejecutamos de forma efectiva y eficiente lo que hemos definido previamente, ¿cómo se vería nuestra organización en 3 años, cualitativa y cuantitativamente?

6. ¿Qué necesitamos lograr este año? ¿Cuáles son nuestras metas en ingresos, utilidades y otros indicadores clave?

7. ¿Cuáles son las iniciativas prioritarias en que debemos trabajar este trimestre para lograr (o exceder) nuestras metas anuales?

8. ¿Qué oportunidades podemos tomar y barreras debemos remover a corto plazo para que nuestras iniciativas prioritarias sean exitosas?

Responder efectivamente a estas preguntas permite al equipo gerencial proveer claridad con respecto a la dirección y velocidad con que se debe mover la organización para responder satisfactoriamente a todos sus grupos de interés.

Sin embargo, lo más importante para construir culturas altamente emprendedoras, orientadas al crecimiento, no es solo responder estas preguntas a nivel del equipo gerencial o directivo. Las culturas emprendedoras se aseguran de que todas las áreas funcionales e, incluso, cada uno de los colaboradores de la organización respondan estas preguntas, de forma consistente y alineada con las definiciones hechas por los niveles superiores.

Las compañías más emprendedoras son aquellas donde todos y cada uno de los colaboradores puede ver claramente cuál es la relación entre lo que hace cada día y la visión y propósito organizacional.

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